lunes, 2 de marzo de 2009

Volviendo a las andadas

A Luis Augusto, por ser el primo que todos quisieramos tener.

"Yo sabia que ir a esa reunión, inmejorablemente poblada de chicos lindos, sería una tentación difícil de vencer y como era previsible, en un chico apto para los desenfrenos como yo, me venció..."


Lo volví a hacer. Prometí no hacerlo nunca más, pero lo hice y es que yo, no soy necesariamente un hombre de palabra o mejor dicho, no soy necesariamente un hombre. Yo sabia que ir a esa reunión, inmejorablemente poblada de chicos lindos, sería una tentación difícil de vencer y como era previsible, en un chico apto para los desenfrenos como yo, me venció y caí nuevamente en las andadas, que estaban ya casi olvidadas o eso es lo que hago creer, aunque caí no con el chico que tal vez hubiera preferido, si no con otro, con el cual ni en mis mejores sueños eróticos me hubiera imaginado acostarme. Fue un retorno fabuloso, como el que me merezco y fue en el lugar que ha sido testigo de mis mas gloriosas encamadas y fue al lado de mi mejor amiga, mi cómplice, y por qué no también mi amante, pero esa es otra historia que prefiero no contar.
La reunión fue en Rimac, distrito al cual estoy dispuesto a mudarme hoy mismo, pues nunca vi un vecindario tan altamente poblado de chicos lindos, sociables y dispuestos a embriagarse contigo, y luego por qué no, dispuestos también a irse a la cama contigo. Voy a la fiesta acompañado de mis dos mejores amigas, Lizeth que vive en el Rimac y Maria que vive en San Martin de Porres; los tres ya conocemos casi a todos los invitados a los cuales yo me encargo de saludar afectuosamente y con eso, poder palpar cautelosamente alguna parte inexplorada de su cuerpo. Ellos lo notan y no me infringen ninguna sanción y es por eso que los quiero tanto, y es por eso también que pronto me mudare con ellos, me deleitare con su belleza, y claro tal vez trataré de conquistarlos, aunque ellos con sus gestos, sus sonrisas y sus miradas ya me conquistaron a mí. A todos les sorprende que no me agrade el Regaeton y les sorprende aun mas que tampoco lo baile, aunque verlos a ellos contrayendo sus pelvis, frotándolas abruptamente, procurándose erecciones, me obliga a amar también ese género horripilante el cual me obligan a bailar junto a ellos y yo creo que es un sueño y soy el hombre mas feliz del universo. Todo transcurría con la mayor tranquilidad del mundo, hasta que de pronto, ingreso abruptamente a esta historia que hoy les escribo, Alexandro el ex novio de Maria, acompañado de su primo, los dos muy bien vestidos y me impactaron desde un primer momento. Yo ya conocía a Alexandro, incluso antes que Maria y por eso fui yo el que los presento. A su primo también lo conocía, aunque no tenía un buen recuerdo de él, pues la primera vez que nos vimos en el matrimonio de la hermana de Alexandro, matrimonio al que no fui invitado por supuesto, pues desde que tengo un Blog mi nombre a sido obviado de cualquier lista de invitados, al parecer le incomodo la forma poco-masculina con que me expresaba o tal vez mis miradas descaradas que por poco lo desvestían y le insinuaban que sería un placer inenarrable irme a la cama con él. Pero ese día en el Rimac, tal vez por las abundantes cantidades de cerveza que ingirió o por otras enormes cantidades de sustancias que se fumó, lo note mas flexible, mas bromista y hasta se atrevió a bailar conmigo, algo que se lo agradeceré infinitamente, pues nada me hace mas feliz que desplazar mi abultado cuerpo junto a un chico lindo y esto me hace pensar seriamente en cuanto a mi vocación, pues yo creo que quiero ser escritor, aunque a su lado, tocándolo discretamente, rozando nuestro cuerpo sudoroso, descubro que debo ser una vedette o que tal vez en mi anterior vida lo fui. He descubierto también, a su lado, que lo que mas me hace feliz en el mundo, aparte de cagar, es ver sonreír a Luchito, así es como injustamente pide ser llamado, pues me parece cruel ese diminutivo que no refleja su belleza, la perfección de su rostro, ese cuerpo trabajado, sabe Dios en cuantos gimnasios y esos ojos que me estremecen al mirarme y me hacen pensar en que Dios existe y que ha sido muy generoso con Luchito y en que debo trabajar mucho para tener mas dinero y a si poder acostarme con él. Yo estoy resignado a solo ser su amigo y soy feliz así, aunque hubiera sido aun mas feliz si es que la gente se dejase de acabar su vida y la mía: fumando. Cada cierto tiempo un imbecil, no se si por descuido o por que es enviado por mi ex novia, que sabe mi intolerancia al tabaco, me tira una enorme cantidad de humo en la cara obligándome a ir al baño a mojarme el rostro y a devolverme a la vida. Y justo hago eso después de que otro sicario me ha envenado con humo por cuarta vez en la noche, estoy frente a un enorme espejo que me devuelve mi vergonzante rostro, cuando de pronto atrás mío apareció Luchito, sobando como siempre su nariz y quiero pensar que es producto de un resfriado, se paro detrás mió y me miró con esa mirada desafiante que me encanta y me preguntó si me ocurría algo y yo pensé seriamente en decirle que si, que lo que me ocurría es que me moría por que me la meta, pero como aun tengo algo de criterio decidí engañarlo y contarle la historia del humo. Él me escucho aburrido y me preguntó que haría luego y yo le dije que tenía pensado quedarme en casa de Maria. Él me dijo que también se quedaría allí junto a su primo, que al parecer se había reconciliado con Maria, y mi felicidad desbordo los límites permitidos por las emociones y me prometí a mi mismo que no desaprovecharía esa oportunidad. Y mientras pensaba en eso e imaginaba posibles conquistas, Luchito, mi chico imaginario, se dispuso a cogerme las nalgas de una manera magistral que me erecto al instante, las masajeo por un buen rato, luego beso mi cuello y me dijo no falles y yo trate de voltear y hacer mas largo ese momento irrepetible, pero el ya no estaba, se había ido y me había dejado con unas ganas terribles de volver a acostarme con un chico que vuelva a reaperturar mi trasero cerrado por desuso. Estuve impaciente el resto de la fiesta, no volví a bailar y no me volvieron a incomodar los suicidas fumadores, solo pensaba en Luchito y me resignaba a encontrar bajo sus pantalones cortos un pene en desarrollo que valla a la par con sus escasos quince años, un pene que tal vez no llene el camino que ya otros se encargaron de abrir. Al fin llego la hora, salimos de la fiesta rumbo a casa de Maria. El taxi fue rápido, Alexandro y Maria iban unidos el uno al otro por la boca y Lucho y yo, nos acariciábamos los sexos sobre la ropa. Cuando llegamos, Maria nos pidió que la acompañásemos a comer algo y Lucho y yo, con una cómplice negativa nos excusamos de ir aduciendo extremo cansancio. Maria nos abrió la puerta y nosotros entramos solos y de inmediato ingresamos a su cuarto y comenzamos a desvestirnos y conocí su inmaculado torso, su envidiable abdomen y bajo este, un sexo enorme, el mas grande y apetecible que he visto en mi vida, y ojo que no he visto pocos. No pude mas, comencé a besárselo y por ser tan grande me resulto un poco incomodo, aunque tal vez las ganas que le tenía hicieron que me fuera acostumbrando a que su sexo, de medición incalculable, ingresara en mi. Él gemía y me sobaba la cabeza, yo era cuidoso y trataba de no hacerle daño y estábamos en eso cuando oí a lo lejos un sonido de llaves, imaginé de inmediato que era Maria y di por terminado mi acto oral y le pedí que nos hagamos los dormidos solo hasta que duerman, él que es tan lindo acepto y se acurruco a mi lado y yo no podía albergar tanta felicidad y decidí que debía escribirla y mientras oía a Maria y Alexandro hacer el amor en el mueble, donde al final se quedaron dormidos, yo me iba imaginando esta historia y tal vez me iba preparando para una segunda parte. Cuando cesaron los ruidos, desperté a Luchito, que de inmediato me puso despaldas a él y mojando su sexo antes, entro en mi con una desesperación comprensible y yo me encargue de hacer los movimientos mas prolongados y excitantes posibles y olvide a nuestros vecinos en la sala y emití los sonidos mas extraños que de mi hallan salido nunca, cuando entonces, en medio del prolongado acto amatorio, entro al cuarto Alexandro que nos miró sorprendido y yo trate de disimular, pero todo fue en vano pues luego de eso, con la mayor naturalidad de mundo Luchito invitó a su primo a unirse al acto y él al parecer accedió encantado, pues al instante puso frente a mi su encantador sexo, el cual me insto a besar y yo pensé en Maria que dormía muy cerca y que podía también haber despertado al ver que su chico no estaba y pensé en mi amistad con ella y en mi posible traición. Alexandro cogió mi cabeza y la acerco a su pene y yo no supe que hacer. Mientras tanto en el cuarto contiguo Maria notaba la ausencia de su chico y se disponía a buscarlo.
¿En que terminaría esta posible tragedia? ¿Acaso Maria descubría esta doble traición no solo de su mejor amigo, si no también del hombre que ama?

4 comentarios:

  1. Mil disculpas a todos por la demora, espero su comprensión. Gracias por visitarme.
    Atentamente

    Diego Granadino.

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  2. NIÑO!!!! tus historias estan de la PM pero la que me gusto mucho fue esta, porque a cuantos nos ha pasado cosas similares y nos hemos encontrado entre la espada y la pared, y es en ese momento en el cual la decision que tomes cambiará totalmente tu vida..oero terminala ps no me dejes con la intriga ps.. te felicito amiito por tu forma tan particular y excepcional de narrar tus mas intimas historias..sigue adelante niño.. tu amix la BRUJA..

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  3. Pta que pajaa ah! pero la segunda parte en quedo no jodas Diegoo asi terminara?...noo!
    y felicitaciones seras grande..mas que jaime!
    ahaha un abrazo y terminala ps :)

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