lunes, 7 de septiembre de 2009

"EL COJO Y EL LOCO" (EXTRACTO EN EXCLUSIVA DE LA NUEVA NOVELA DE JAIME BAYLY))

(Extracto de “El cojo y el loco”, la nueva novela de Jaime Bayly, publicada hoy por la editorial Alfaguara).


El loco no nació loco. Nació feo y tartamudo y eso le jodió la vida y terminó por volverlo loco.

No todos los feos y tartamudos se vuelven locos, pero el loco nació con un talento natural para la locura y para hablar de una manera tan violenta y atropellada que nadie podía entenderlo, así que estaba en su destino que nadie lo entendiera y ser por eso un loco y no un loco cualquiera sino uno del carajo, un loco memorable, el loco más enloquecido de una ciudad llena de locos como Lima.

Casi todos los padres dicen que sus hijos son lindos y encantadores, pero los padres del loco, cuando lo vieron nacer, quedaron asustados por lo feo que era y por lo espantosos que sonaban los alaridos que lanzaba. No parecía un bebé nacido para ser feliz, parecía un amasijo peligroso de rabia y fealdad, un bicharajo hediondo, peludo y pingón que movía los pies como queriendo patear a todo el que pudiera y lloraba de una manera entrecortada, anunciando su brutal tartamudez.

Era el primer hijo de don Ismael y doña Catalina y había sido concebido con amor, pero no por eso les pareció menos feo y odioso. Lo odiaron desde la primera vez que lo vieron y lo siguieron odiando cuando creció y siguió gritando y pateando y rompiendo todo y cuando empezó a hablar en ese idioma fragmentado y frenético que parecía haberse inventado para joder a todo el mundo y en el que nadie podía entenderlo.

Podía perdonársele que fuera tartamudo, pero además era feo, antipático, chillón, peludo y peligroso como una tarántula, y sus padres se sentían avergonzados de haber procreado a una criatura que, a los ojos de cualquiera, resultaba horrenda e insoportable de mirar.

Como era previsible, don Ismael y doña Catalina vengaron ese primer fracaso inesperado teniendo cinco hijos más, cinco hijos que les salieron guapos y bien hablados, cinco hijos que borraron esa mancha oprobiosa que era el loco, y procuraron alejarlos todo lo posible del primero y más fallido de sus hijos, al que entregaron al cuidado de las empleadas domésticas y al que, para no afearse la vida o para no recordar ese fracaso genético, trataban de ver lo menos posible.

El loco supo desde muy niño que sus padres no lo querían, que sus hermanos no lo querían, que las empleadas que lo cuidaban tampoco lo querían ni le tenían paciencia y le jalaban las orejas y le decían groserías a escondidas, sin que oyeran los patrones. El loco supo que era un estorbo, un asco, un fastidio para todos, sólo que al comienzo no entendía bien por qué nadie lo quería, si por tartamudo o por feo o porque le crecían pelos por todas partes y parecía una araña venenosa.

El loco no iba al colegio porque era más bruto que una pared de cemento y no entendía nada y nadie lo entendía a él. Sus padres contrataron a un profesor particular para que le enseñase a leer y escribir y sumar y multiplicar, pero el loco era una bestia redomada y no aprendía un carajo y cuando le hablaba al profesor no se sabía si lo estaba insultando o halagando o si estaba pidiéndole permiso para ir a cagar. Lo raro era que el loco no se empantanaba con las palabras, no era un tartamudo normal, al loco las palabras le salían tan atropelladamente que se montaban unas sobre otras y terminaba diciendo en una palabra incomprensible lo que había pensado decir en tres o cuatro. Era una ametralladora verbal, disparaba las palabras como balas o cartuchos y estallaban en la cara de quien hiciera el esfuerzo de escucharlo y entenderlo, un esfuerzo que siempre resultaba inútil, porque a veces ni el propio loco entendía lo que había dicho o querido decir.

Para hacer la historia corta, los primeros dieciocho años de la vida del loco fueron una mierda pura. No fue al colegio, no tenía amigos, sus padres lo odiaban y lo escondían de los invitados, era un grano purulento que le había salido en la cara a la ilustre familia Martínez Meza, un grano al que había que aplastar o tapar con una cinta adhesiva para que, en lo posible, nadie viera, porque don Ismael y doña Catalina no entendían cómo, si se querían tanto y tiraban tan rico, podían haber engendrado a una criatura tan espantosa como su hijo primogénito, el loco peludo tartamudo.

Cuando se dieron cuenta (y esto no tomó mucho tiempo), de que el loco no tenía cura y era más bruto que un buey de carga (pero menos sumiso que un buey de carga y sin aptitudes para cargar nada), sus padres decidieron que no valía la pena tratar de educarlo, reformarlo, adecentarlo o hacerlo menos impresentable, simplemente se resignaron a que habían parido a un esperpento, como quien se tira un pedo o eructa ruidosamente, y decidieron que lo mejor era esconderlo hasta que fuera mayor de edad y luego mandarlo al extranjero para que hiciera su vida lejos de ellos y sus cinco hijos guapos y bien hablados, que no veían al loco como su hermano sino como un accidente desafortunado al que era mejor ignorar, como quien pasa manejando en su auto y ve un choque y prefiere no mirar los cuerpos ensangrentados y mutilados en la autopista.

El loco creció solo, ensimismado, hablando consigo mismo en unas palabras que nadie podía entender. Vivía con sus padres en un apartamento de tres pisos en la avenida Pardo de Miraflores, pero dormía en los cuartos del servicio doméstico, con las empleadas y el chofer y el guachimán y guardaespaldas de don Ismael, y estaba explícitamente prohibido de participar de cualquier reunión social o familiar, incluyendo la cena de navidad o los cumpleaños de sus padres o hermanos. Esto al loco no le parecía raro, anormal, abusivo o injusto porque así fue toda su vida y ya desde muy chiquito comprendió que él era distinto, que era loco, bruto y feo y que lo natural era que lo encubrieran, que lo hicieran invisible, que tuviera esa vida clandestina, asolapada, en el área del servicio, como si fuese el hijo de don Ismael y una de las empleadas domésticas. Catalina, su madre, trató de quererlo, hizo esfuerzos por encontrar algo de ternura o compasión en ella, pero el loco era más feo que una cucaracha (pero bastante menos listo) y solo babeaba, se sobaba la pinga, se rascaba los pelos que le salían de las orejas y la nariz, se buscaba los mocos que enseguida llevaba a la boca, era un crío tan horripilante, sucio y acojudado que resultaba imposible quererlo, incluso para su madre.

Tonto como era, resultó sin embargo precoz en las cosas del sexo, y ya a las once años le habían crecido una verga de proporciones y un matorral de vello púbico que el loco se andaba sobando y refregando todo el día en los cuartos del servicio doméstico en los que malvivía entre las sombras y los colchones estragados de las empleadas. Lo que el loco no sabía decir con palabras, porque le salían torcidas, bastardas, lo sabía decir con la pinga. Todo el día andaba con la pinga parada y mirando las tetas y los culos de las empleadas y haciéndose unas pajas demenciales, al tiempo que pronunciaba palabras impregnadas de calentura, de rabia, de impaciencia hormonal, palabras por supuesto ininteligibles, pero que una de las empleadas supo descifrar: el loco estaba ardiendo por tirar y si no le mojaban la pinga se iba a volver un loco malo y terminaría matando a alguien, quizás a una de ellas. Esta mujer, Juana, que andaba ya en sus cuarentas y se había convertido a la religión mormona, no era particularmente agraciada, pero tenía tetas, culo y vagina, y eso era suficiente para enardecer al loco y despertar sus más bajos instintos. No fue por deseo sino por pena que Juana, la mormona, accedió a masturbar un día al loco, que se le apareció con la verga erguida y al aire, y desde entonces ya no pudieron parar, el loco por arrechura desenfrenada y Juana porque como buena mormona tenía que sacrificarse sirviendo a sus semejantes y amando al prójimo, en este caso al loco pajero y pingón que se le metía al cuarto de noche y le pedía una paja más. Lo que comenzó como una paja pasó luego a una mamada (y entonces fue cuando el loco comprendió que a pesar de todo podía ser feliz: nada era objetivamente más placentero que meterle la pichula en la boca a una mujer desdentada) y terminó con Juana montándose a horcajadas sobre el loco arrecho y cabalgando sobre él, mientras escuchaba unas palabras que parecían dichas en latín, pero era el loco masticando y entreverando “que rica estás, chola pendeja”, de tal manera que sólo se escuchaba algo así como “que-ri-tás-cho-la-ja”, palabrejas que calentaban a Juana, la mormona mamona.

Una noche, los gritos de éxtasis del loco fueron tan desaforados que don Ismael se levantó de la cama, sacó la pistola y la linterna y terminó entrando al cuarto del servicio e iluminando a su hijo que culeaba con Juana, la mormona. Enterada de que su hijo, el loco tartamudo, andaba copulando con las cholas del servicio, doña Catalina tuvo un ataque de pánico (que entonces no se conocía como ataque de pánico sino como patatús) y ordenó que Juana fuese despedida y que el loco arrecho de su hijo fuese enviado de inmediato a la hacienda que tenían en Huaral, a cuatro horas en auto al norte de Lima, y se quedase a vivir allí. Su esposo Ismael estuvo de acuerdo y dio instrucciones para que las mujeres que trabajaban en su hacienda no se acercasen al loco, porque sabía que terminaría metiéndoles la pichula a todas las campesinas del valle y a las gallinas y ovejas en caso de extrema necesidad. Fue así cómo el loco, con apenas doce años, dejó de vivir en Lima y fue expulsado a la hacienda de sus padres en Huaral, donde lo trataban como si fuera un peón mas, obligado a levantarse al alba y a cumplir con las faenas del campo, que él sabía cumplir sin quejarse, aunque sobándose la pinga a cada rato.

(“El cojo y el loco”, Jaime Bayly, Alfaguara, 2009).

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14 comentarios:

  1. Mierda huevon, como conseguiste esto.. a verdad ... tu lo conoces a jaimito. En fin, dime , ya esta a la venta este libro?, vere si lo compro lo antes posible.

    Ayrton Vargas

    posdata:
    ... aqui falto mencionar al cojo ...

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  2. Dieguito,
    "EXTRACTO EN EXCLUSIVA DE LA NUEVA NOVELA DE JAIME BAYLY" ...Copy and Paste del diario Perú21 o Alfaguara ...

    Según la RAE
    Exclusiva(o) = Noticia conseguida y publicada por un solo medio informativo, que se reserva los derechos de su difusión.


    Buena con la exclusiva ¿?



    LuiGi Jean Pierre Flores Ramirez

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  3. Mal dato, estimado Luigi. Debería decir Copy and Paste del diario EL NUEVO HERALD de Miami, en donde Jaime Bayly publica la misma columna, la cual leo por Internet, un día antes es decir los domingos. Además el libro esta en mis manos desde el domingo 30 de agosto, pues Jaime nos regalo un ejemplar de la de novela a todos los asistentes a la grabación de su programa. Incluso, hasta día de hoy martes 11 de agosto, el libro aún no llega a Crisol ni a ninguna otra librería o supermercado. ¿Qué pasa con Alfaguara? Pues no lo sé e imagino que muchos Baylymaníacos, como él que escribe, se preguntaran lo mismo.

    En cuanto a tu concienzudo análisis semántico, tengo que reconocer que tienes razón, querido amigo, pero si te pusieras a realizar un estudio completo de este austero blog, me obligarías, creo yo, a tener que eliminar una serie de adjetivos, sustantivos y verbos, propios de mi egocentrismo o de mi conocida tendencia al amarillismo.

    Gracias por tomarte el tiempo de leerme o tal vez, y siendo más realistas, solo por visitarme. Visitas y comentarios ilustrados como las tuyas, son las que realmente estimo y me siento a contestar.

    Un abrazo,

    Diego Granadino. (Director del AJA)

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  4. Mi estimado Diego has aprendido mucho, por no decir demasiado. De mi parte deseo que sigas así, tú, más que nadie, sabes que te deseo lo mejor Manexxx".

    Un abrazo,

    Luigi Flores Ramirez (Un simple creativo)

    PDTA.¿Director del AJA?? ...del periódico?

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  5. BUENO LOS QUE NO LEEMOS Y NUEVO HERAL O PERU21 NOS ENTERAMOS POR AQUI DEL NUEVO LIBRO DE BAYLY!!!

    NOSE SI SERA EXCLUSIVA PERO DE Q SE TE AGRADECE LA INFORMACION SE TE AGRADECE


    BUEN DATO DIEGO

    LUCIA VILLA (luvita1@hotmail.com)

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  6. esta bueno el adelanto
    pero aier fui a wong de san miguel i no estaba
    diego donde lo puedo encontrraR?
    o tienes mas adelantoz?

    apgb

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  7. lA CaGdA Tu rSpUstA DiEgIn... No PuEdS ToMaR nAdA cON SErIeDaD HUeVoN! NiSiQiErA Lsa cRiTiKz

    FRaNk!!

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  8. Manex:

    Los deseos son mutuos. Y cerrando el tema: la exclusiva la tuvieron los vendedores ambulantes de libros piratas del cruce de las avenidas Paseo Parodi con Javier Prado.
    Tú no eres un simple creativo, eres un creativo endemoniadamente genial.
    Un abrazo,

    Diego Granadino A. (Vendedor ambulante de libros bamba)

    PDT: Lo del Aja fue una broma, gracias por demostrarme que fue malísima.

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  9. aiiiiii el amor el amor (L)

    (L) Diego y Luigui (L)



    ummfffff

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  10. KE TANTO ZE PELEAN X EZE CABRO OE!!!

    TODOZ LOSZKE LO LEEN SON IGUAL DE CABROZ KE EZE MARIKON!!!

    DIEGO DEDIKATE A ESCRIBIR LO DE ZIEMPRE OE! QUE AZI ESTAZ PERDIENDO LECTOREZ

    JUANKARLOZ

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  11. Diego ... se ve que ya no quieres hablarme.

    Ayrton Vargas (tu acosador personal)

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  12. Me parece raro... yo también estuve ese día en la grabación del programa y no recuerdo que Jaime haya regalado una copia de su libro a cada asistente.

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  13. SIN COMENTARIOS, EL ARTICULO ESTA RE-BUENO

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  14. hasta ahora no lo encuentro online tendre d gastar la 7 lukas en pirata hay lugares k esta 10 y cuand me dicen eso yo le digo tas por huev..

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