lunes, 3 de agosto de 2009

EL AMIGO QUE NO PERDÍ

Para mi causa Adrian.

"...en mi humildad esto es lo único que yo puedo regalarte, por que esto es lo único que yo se hacer, esto es lo único que me apasiona en verdad hacer y tú, lo sabes, lo sabes más que nadie."


Si tuviese que escribir mi última historia, si tuviese que narrar mis últimas memorias y si tuviese que plasmar en este espacio el último de mis recuerdos, jamás me perdonaría no escribir sobre Adrian, mi mejor amigo y como ya lo he dicho en reiteradas ocasiones, el varón circunspecto que yo nunca seré.
Tal vez a nadie le importe saber de él o de nosotros, pero yo no quiero ser escritor para importarle a la gente sino porque soy un cobarde y no encuentro una mejor manera de expresar lo que siento, excusándome en mi imaginación para evitar las posibles riñas y a veces golpizas que esto me acarrea. Por eso, todas las personas que han participado en mis retorcidas crónicas, todos los actores que han protagonizado mis relatos, significan mucho para mí pues para bien o para mal, han compartido generosamente sus vidas conmigo y yo, no sé si injustamente, los he apresado en mi memoria para perpetuarlos sobre el papel o como en este caso, dentro del ciberespacio. Y como sé, que ha este blog y tal vez a mí mismo, ya no nos queda mucho tiempo, he decidido escribir esta historia, que quizá no imaginé de esta manera, pero que hoy, tal vez por la premura, ha empezado a fluir desenfrenadamente.

No sé que te puedo decir, hermano, que yo no te haya dicho antes. No sé que historia pueda contarte con la intención de sorprenderte, que no te haya contado antes.
No sé como agradecerle, estimado ingeniero, la ferviente amistad que me ha brindado por tanto tiempo, jugándose en muchos casos la reputación, pues estar al lado de un maricón y peor aún abrazarlo o besarlo, te convierte, en las rapaces y fecales bocas de nuestros, digamos, “amigos”, en un maricón más. Y eso, no me lo dijo usted ingeniero, sino lo noté yo. Lo noté cuando me abrazabas sin asco frente a quien sea, lo noté en Marina Park, sobre el Tagadisco, cuando me abrazaste por detrás y me enseñaste a mantenerme de pie justo al medio y resistir, como tú, las convulsiones que le procuraban los apuestos muchachos de la cabina. ¿Recuerdas ese día? Apuesto que ya lo habías olvidado. Yo nunca lo olvidaré. Podría jurarte de que fue uno de los pocos días en que fui enteramente feliz. Gracias por eso amigo, y gracias también por ayudarme a conseguir esas mágicas pastillas desembarazadoras. ¿Qué hubiese sido de mi sin ellas, hermano? ¿Qué sería de Fiore sin ellas? Los dos te debemos mucho, pues si tú no nos hubieses ayudado hoy seríamos padres de un hijo, tal vez igual de confundido que yo. Pero tú siempre estuviste a mi lado para lo que fuese, no solo fuiste mi brazo derecho fuiste también el izquierdo.

Yo sé que al principio te hiciste mi amigo para conquistar a una mujer, a la cual por ciento conquistaste, ¡Y de qué manera! , pues puedo jurarte, cómo que también ha sido mi mujer y la conozco mejor que nadie, que ella aún no te ha olvidado y que si te lo propusieras hoy podrías tenerla comiendo nuevamente de tu mano, ¡Por que coño, que facilidad tienes para arreglar las cosas! Pero me estoy desviando del tema, pues tal vez lo que tú no sabes es que yo me hice tu amigo para conquistarte a ti.
Me avergüenza un poco decirlo, pero es verdad. Aunque luego, con el tiempo y para cubrir mi fracaso, pues tú nunca, ni siquiera por compasión me tocaste siquiera un pelo, formulé la teoría de que nunca, por mas que te encuentres re-cachondo, te acuestes con un amigo o amiga que en verdad valores. Con los otros incluso esta permitido hacer orgías, pero con las personas que en realidad estimas es mejor declinar a poseerlas o dejarse poseer sexualmente, claro que esto no te impide masturbarte pensando en ellas o ellos, pero te prohíbe cualquier clase de acercamiento de tipo carnal.
He comprobado esta teoría muchas veces y me ha pasado con frecuencia que he ido perdiendo amigos por el solo hecho de no saber contenerme. Hay están por ejemplo casi todos mis amigos de la primara y uno que otro de secundaria.
Pero contigo fue distinto siempre, amigo, y tengo que decirte que escribí todo esto para demostrarte lo importante que eres para mí y para jurarte que nunca intentaré, por lo menos sobrio, acostarme contigo.
Hablando de eso, ¿te acuerdas de esa traviesa camarita que ocultabas en tu cuarto y con la que me transmitías en vivo y en directo tus fogosas jornadas amatorias? Acto por el cual, yo también en reciprocidad me desvestí junto a mi novia frente a la web cam y compartí con la tele-audiencia que habías invitado secretamente a tu cuarto, las desforzadas poses que procuraba con mi novia para que no se me vea más de lo necesario. ¡Estabamos locos, brothersito! Ahora ni loco me atrevería a sacarme siquiera la camisa frente a una cámara, y yo creo que tú menos.
Y hablar de cámaras me hace recordar también una historia que pudo acabar mal, pero que por ese don mágico que tenemos para hacer divertidas las cosas, y que espero nunca perdamos, termino convirtiéndose en toda una aventura. ¿Te acuerdas de la pobre “Huesito”? ¿Del enorme collar que le heredó su abuela, por el cual yo no daba ni un sol, pero que terminó valiendo una fortuna? ¿Recuerdas la repartición del motín, sentados como delincuentes comunes sobre unas bancas frente a las Malvinas? ¿Cómo puedo olvidar yo eso? La pobre Maria Claudia, que ha sufrido muchos golpes en la vida, tuvo que soportar también los golpes de nuestros vengativos amigos.
Es por eso que hoy solo me queda decirte que me arrepiento de nada de lo que vivimos y que si tuviese que repetirlo todo, pues lo haría gustoso. Yo a veces digo que no creo en Dios pero eso es mentira, yo cada vez que estoy contigo, cada vez que hablamos o nos escribimos al correo, creo en Dios y le agradezco por haberte puesto en mi camino, pues sin ti “causita”, sin tus consejos, sin tus mentadas de madre, yo no sé que mierda sería de mí.
Adrián, yo solo quiero decirte que tú significas para mí, mucho más que estas chapuceras líneas, pero en mi humildad esto es lo único que yo puedo regalarte, por que esto es lo único que yo se hacer, esto es lo único que me apasiona en verdad hacer y tú, lo sabes, lo sabes más que nadie. Gracias por apoyarme en esta nueva locura de querer ser escritor, gracias por no darme la espalda nunca y bancarte todas mis estupideces, consiguiéndote pleitos gratuitos, de los cuales yo nunca podré sacarte. Y gracias sobre todo por creer en mí, ahora que tal vez ya nadie lo hace.

Diego.

8 comentarios:

  1. que bueno que por lo menos sepas valorar a tus amigos

    eso habla bien de ti

    pero eso no quita que te odie por matar al perrito en el post anterior

    Oye tu blog ha cambido de enfoque o me equivoco?

    que piensan ustedes?

    Lucho

    ResponderEliminar
  2. NO SÉ SI HA CAMBIADO! PERO ESTE POST ESTA BUENO Y EL DEL PERRO ESTUVO MEJOR! JUAS JUAS JUAS

    ResponderEliminar
  3. tal vez es un problema de mi pc o de la pagina pero aveces no se puede ingresar comentarios..

    boniuta historia, se ve bonito q hables asi de tu amigo! eres muy tierno y ademas escribes muy bien+
    me mato de risa

    Luiza xD

    ResponderEliminar
  4. TE ESTAS VOLVIENDO CURSI

    ResponderEliminar
  5. xvreE! me parece bakan k dedikes azip una historia con tanto cariño hacia marroko!!! =) aunk esa foto no me gusta...xk hay algo en el medio k no cuadra xD!!

    ResponderEliminar
  6. Dime que no eres ninguno de ellos!!!!!!!!!!

    ResponderEliminar
  7. ahh noo!!!
    una historia q vale oroo
    como la amistad q tienes con tu mejor amigoo..
    perdom.. com tu HERMANO ADRIAN =)
    desd q los conoscooo , ptm!! han sido asi d unidos pero nunca pnc q tamtoo ahhaa!! pa las sonseras q ham hecho jumtos =) ..
    Besoss!!!
    xD

    ResponderEliminar