martes, 9 de febrero de 2010

LA REPUBLICA INDEPENDIENTE DE MI ENTREPIERNA

Gracias Jaime.

"El pene es la maquina perfecta, es la unica que trabaja cuando se para."





La república independiente de mi entrepierna es rebelde y soberana. Se maneja con absoluta independencia de mis deseos y antojos. Es ella quien decide a quien debo tirarme, o por quien me debo de dejar tirar o simplemente pensando en quien debo masturbarme. Es opresiva y dictatorial, siempre anda emancipada o en busca de posibles víctimas. No distingue raza ni sexo ni condición social y mucho menos religión. Es una república sumamente bélica y conflictiva, que anda siempre maquinando un plan para hacerle daño a alguien. Es ella quien me manipula y me obliga a escribir artículos que yo no quiero hacer; es ella quien se aprovecha de mi debilidad mental y me somete a sus perversiones y me presiona para que cuente las depravadas historias que me toco vivir con personas igualmente confundidas que yo, pero que a fin de cuentas tampoco tienen la culpa de serlo.

La república independiente de mi entrepierna desde hace mucho que se desprendió de la razón o de mis sentimientos, ahora ella se maneja con total autonomía, se rige con sus propias reglas y suele ser sumamente dura con las personas que la lastiman o que juegan con ella. Es de por sí el ser mas vengativo que cohabita conmigo. Cuando no fabrica espermas lo único que hace es planificar venganzas, elaborar historias ciertas o falsas que vinculen a las personas que la hirieron o que no le permitieron invadirlas. Yo simplemente soy un esclavo de mi entrepierna y soy consciente que siéndolo he perdido amigos, amantes y más que eso, pero yo no puedo luchar contra eso, ya me canse de luchar contra eso, lleve muchos años de mi vida tratando de ganarle la batalla a mi entrepierna y no pude, fue una batalla sangrienta llena de llantos y lamentos, un batalla en la que muchas de las personas que quiero o que quise se inmolaron heroicamente tratando de ayudarme o tratando de hacerme entrar en razón, pero no pude, mi entrepierna me venció; así que simplemente me he dejado conquistar y he cedido a sus antojos, me desvivo por complacerla, por procurarle el placer que siempre le fue esquivo o que mejor dicho, siempre traté que le fuera esquivo. Invierto para ello mucho dinero, busco la manera de conseguir personas cada vez más arriesgadas y peligrosas, intento darle en gusto en todos sus caprichos y cuando de un día para otro me pide que escriba sobre alguien con quien hice el amor, lo hago, así pierda amigos o mejor dicho, supuestos amigos que se acostaron conmigo pero que hoy no se acuerdan de nada y se horrorizan al leerme o así toda la comunidad cristiana se moleste conmigo.

Yo solo pido que respeten la decisión valiente que he tenido de confesar que me dejo manipular por mi entrepierna más que por mi lógica o mi razón, y así como algunos se dejan manosear por líderes de sal que lo único que hacen o intentan hacer es lucrar de una manera escandalosa, yo me dejo gobernar por un ser sumamente frio y calculador, pero no por eso poco inteligente, yo diría que mucho más inteligente que mucha de la gente que me critica, y siento mucho si peco de soberbio, pero es la verdad, si le tomamos una prueba de coeficiente intelectual a mi pene y a algunos de los individuos sin secundaria completa que balbucean comentarios chapuceros contra mí persona o contra las cosas que escribo, les aseguro que mi entrepierna se los lleva de encuentro.

La única diferencia entre ellos y yo, es simplemente el hecho de que yo digo en público lo que hago o lo que hice, sin temor al qué dirán o al que pensarán, en cambio ellos, que aún siguen en el closet y que seguramente seguirán allí, nunca lo harán, porque se cagan de miedo y porque nunca tendrán los huevos que me jacto de tener para hacerlo. Seguirán jodidos, confundidos, enojados conmigo y me odiarán y me seguirán odiando porque reconocen en mí, la persona que ellos nunca podrán ser.

Es válido dejarse manipular por alguna parte del cuerpo. Hay gente, la más tonta creo yo, que se deja manipular por el corazón o los sentimientos, esa gente, normalmente, es la gente que siempre termina siendo dañada por alguien o la que busca cierta gente para manipular a su antojo. Los que se dejan manipular por la razón o la lógica siempre andan buscándole tres pies al gato, siempre andan buscándole un motivo o un fin para lo que hacen, algo que no siempre tiene que ser así, porque las verdaderas cosas importantes de la vida nunca tienen un motivo, siempre suceden porque sí, porque así debieron suceder. Yo me dejo manipular por mi entrepierna, que es de por sí la manera más fría de ver las cosas, una manera de actuar por instinto sin dejar de lado el cálculo y la felicidad.

Y a pesar de que muchos se arrepientan de habérsela cruzado en su camino y simplemente hoy la nieguen y pretendan limpiar su imagen, todos muy bien saben quienes fueron víctimas de la república independiente de mi entrepierna y si es que no, pues para esto estoy yo y con esa finalidad creé este blog, para difundir las ideas, no sé si validas o invalidas, pero ideas al fin, que se le ocurren a mi entrepierna.

Diego Alonso Granadino.

lunes, 1 de febrero de 2010

LA MIERDA QUE LLEVO DENTRO

A mí.

No hay placer mas exquisito, que cagar bien despacito.




Si de algo puedo estar seguro es que estoy completamente lleno de mierda. Sé que mucha gente coincidirá conmigo en lo que afirmo, es más, la gente que nunca ha coincidido conmigo, que se entiende es gente honorable y sumamente culta, hoy, después de leerme, estará por primera vez de acuerdo con lo que escribo.

Desde hace algunas semanas lo único que he hecho es expulsar mierda de mí, mierda en demasía, mierda excesivamente pestilente. La causa de este extraño fenómeno, dicen algunos, es la falta de afecto o mis conocidas ganas por llamar la atención, pero ahora, para variar, nuevamente se equivocan queridos amigos míos porque la causa del deplorable estado en que me encuentro es justamente una causa o puede ser un ceviche o quizá una papa rellena o es tal vez el resultado de una vida llena de excesos gastronómicos como la que he vivido tratando de emular a mi tío Gastón Acurio.

De niño normalmente no solía ir al baño a menudo. Iba a lo mucho dos veces por semana y eso. Era el extreñidito de la familia, al que le procuraban una mayor cantidad de yogurt, su abundante ración de salvado de trigo y cuanto tratamiento casero que apareciera en Hola Perú. Nada de eso tuvo efecto pues mi vida siempre ha estado contra el tiempo, siempre he procurado estar activo las veinticinco horas al día y sentarme a cagar (así como dormir) me parecía una grandiosa pérdida de tiempo. Así que por ello lo evitaba y le dedicaba los pequeños entretiempos de mi agenda semanal.

Pero ahora mi aparato excretor ha colapsado y quizá estoy cagando todo lo que no cague nunca. No puedo creer que tenga tanta mierda dentro, me parece increíble tener que sentarme en cinco inodoros diferentes en el día. Debe parecerles gracioso, pero ojala que nunca les pase, no saben lo que es tenerte que bajar del taxi en el que te vas a estudiar para meterte a cualquier grifo a evacuar el vientre porque sabes que con el tráfico del Javier Prado no llegarás al baño de la facultad y terminarás cagándote en el pantalón.

Esta es mi agenda diaria:
Apagar el primer despertador programado para las cinco y media de la mañana.
Apagar el segundo despertador programado para las cinco y cuarenta de la mañana.
Apagar el tercer despertador programado para las seis en punto de la mañana.
Bañarme y desayunar. (No soy dogmatico: a veces no me baño y a veces tampoco desayuno)
Cagar por primera vez en el día (si no lo hago en casa porque es tarde, aprovecho el tráfico de la Javier Prado y me meto a algún grifo)
Clases en la universidad.
Me fumo un porro.
Cago por segunda vez, normalmente a las doce del día. (dicen algunos que es producto del porro que me fumé (Dengue))
Almuerzo algo a la volada (normalmente una causa, un ceviche o una papa rellena)
Corro a mi trabajo. (y si no corro yo, obligo al taxista o al conductor de la combi a que corra él)
A las cuatro y media aproximadamente cago por tercera vez. (horario variable dependiendo de mi ánimo y del trabajo que tenga)
A las nueve salgo de trabajar y me voy a comer algo con mi novia. ( o a comérmela a ella)
A las doce y media estoy llegando a mi casa desesperado porque necesito cagar por cuarta vez.
A la una de la mañana comienzo a leer o escribir y normalmente me estoy acostando a las tres de la mañana no sin antes programar a mis sufridos despertadores a los cuales golpeo, cuando se les ocurre sonar como no he golpeado a nadie nunca.

Así que cago cuatro veces al día y siempre en cantidades considerables, porque sé que algunos dirán bueno pero cagará por pedazos o de a poquito, y a esos yo les respondo: ¡No! Yo nada de lo que hago lo hago de a poquito, todo lo hago bien, completo, sin dejar residuo alguno. Mis deposiciones no tienen que ser la excepción de la regla.

Cagar de esa manera no tendría que ser un problema, el problema radica en que nunca puedes tener tanto papel higiénico como para limpiarte el culo de una manera honrosa y tienes que agenciarte otros medios, bastante bajos, por cierto, pero que en momentos de emergencia nunca están de más. (hablo de las separatas de la universidad, las guías telefónicas, tus cuadernos y ya si eres más fino y tu potito y se puede raspar usa tu santa biblia). Aunque con eso no estás contribuyendo a la lucha por salvaguardar el medio ambiente. (el papel lo hacen de los pobres arboles del amazonas)

Pero Si de algo puedo estar orgulloso son de mis mierdas y aunque muchas veces me ponen en aprietos por ejemplo cuando quieres hacer el amor y acabas de cagar o sientes que dentro de muy poco cagarás, ya me iré acostumbrando a tener que dejar un poco de mí ser en todas partes, como me acostumbré a escribir mierda o a tener amigos que son una reverendas mierdas.


Diego Alonso Granadino.